jueves, 7 de julio de 2011

LA COSTA PARTIDA

La lágrima se escurre
por las paredes envejecidas
y el mar se esconde
entre las rocas
que se olvidaron de escapar,
desperdigadas y amnésicas en la costa.
Los pasos se engañan unos a otros
y se pierden frenéticos
en la huida atormentada
de los solitarios.
Y en esta pequeña y nueva plaza
de ardores cómplices
y dolores espirituales compartidos,
las sombras de los arbustos
asemejan iglus
citadinos e indecentes.

SUS OJOS SE CERRARON

Cuando el tango reza
"sus ojos se cerraron"
se equivoca.
Los ojos no se cierran,
se apagan, se opacan,
se apartan, se descomponen
y se hacen estrábicos.
Nada miran
y lo ven todo,
o no.