viernes, 28 de noviembre de 2008

A MI VIEJO, EL ANDALUZ DE LAS PAPIROLAS

En una tarde de marzo

mientras cantan los gorriones

colgados del hilo que corta el paisaje,

me acordé de vos.

Me acordé viendo las plantas

y los balcones de las casas vecinas

que delatan

la calidad del alma de sus moradores

que no conozco.

Escuchando Vivaldi grabado

y repasando a Kafka,

como un golpe de luz en mi memoria,

me acordé de vos.

Me acordé regando tus “nomeolvides”

y tus malvones,

quitándoles hojas muertas

en inútil espera de tu vuelta

y de tus palabras que hacían crecer.

Viendo mi imagen sola y triste

en el espejo de la sala,

ahora que ya he vuelto de tantas cosas,

y sintiéndote lejos,

me acordé de vos.

Es inútil querer que me olvide

de tus risas sin vallas,

de tus manos ágiles y prontas,

de tus ojos claros,

de tus palabras.

Son parte de una parte que no manejo

porque, sabrás,

te llevo inscripto y silencioso en mi alma.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

DOS ESTRELLAS VENCIDAS

Recarga sus ojos

para otro llanto,

vacila en pequeños

suspiros para adentro.

Piensa

y cerrando los ojos,

pierde dos lágrimas

de atizado fuego transparente.

Sus mejillas

son claveles rojos

y las manos se hacen maderos,

inalterables,

crispadas.

Tiene miedo.

El lamento acompasa la escena con quejidos.

No desea morir.

El trabajo inacabado de los ojos

es la excusa.

Y ha de hacerlo, inevitablemente.

Yo, los brazos cruzados,

los ojos desbordantes

y mi máscara partida

en lúgubres pedazos.

Tengo el dolor de no entender.

Su cuerpo,

sima de muerte.

Hoy ausencia,

ayer vida.

Hoy silencio,

ayer recreo infantil de las palabras.

Hoy oscuridad,

ayer amorío sinfín de los colores.

Hoy piedra,

ayer caricias.

A pesar de todo, deseo que tus ojos

nos ubiquen en el tiempo,

en el espacio

hasta que sólo sean

dos estrellas vencidas

y un ocaso.

lunes, 24 de noviembre de 2008

MARÍA, LA PORDIOSERA

“Para ti pordiosera,
vergüenza mía,
inocultable testigo del egoísmo.”

Tus manos

cayados patriarcales,

elongadas formas de tristeza.

Báculos!

Potestades!

Una mitra de honor.

Escapulario de lágrimas

crucificadas y pobres.

Tus manos

bastones de pregonero,

ensayan siempre la curva y no les sale

porque están sumisas.

Sumidas.

Tus manos,

con nervaduras insistentes

que se crispan desde adentro

y una explosión de arrugas y nudos

pidiendo y exigiendo

la justicia

o el desprecio.

Te cuesta la vida vivir.

viernes, 21 de noviembre de 2008

SEISCIENTOS CUARENTA Y NUEVE

Seiscientos cuarenta y nueve

voces apagadas,

llantos extinguidos

risas ahuecadas.

Seiscientos cuarenta y nueve

sueños despiertos

balcones vacíos

cataratas de abismos.

Seiscientos cuarenta y nueve

regresos imposibles

recuerdos borrosos

voces desaparecidas.

Seiscientos cuarenta y nueve.

De tantos

sólo algunos

buscan debajo de sus camas

los juguetes abandonados.

Son niños.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

INQUIETANTE Y GOLFO

Creyentes del rito,

me observan y se maravillan.

Me tocan y se dejan tocar.

Acaricio toda su carne

y sano el espíritu.

Me tocan, me liban, me acarician,

me pretenden y, cuando están cerca,

me voy,

caprichoso y altivo.

Me voy y cuando vuelvo,

les dono otra caricia sin prejuicios,

inquietante y golfa.

Presente en los lugares

que nadie reconoce

me hago uno

con el molde de sus cuerpos.

Los poseeré como nadie antes nunca

y volveré a irme.

Así siempre.

Soy el río.

lunes, 17 de noviembre de 2008

DE DONDE NUNCA VUELVEN

En cada brisa fresca y en el agua

se me hace pronto todo el tiempo

y las horas caen en cataratas blanquecinas

hasta el valle que cruza el negro río que las lleva,

como se ha llevado tantas cosas

hasta el lugar “dedondenuncavuelven”.

“Dedondenuncavuelven”

como los minutos de silencio total,

las caricias pagadas,

las peleas que no sirven,

las oraciones sin amor,

los ópalos de tus ojos tristes,

el amor que se ha roto,

el hijo no tenido,

los seres que hemos amado

y ya no están.

“Dedondenuncavuelven”,

porque esperan nuestra llegada despaciosa.

Ingresamos en él a cada rato

y un día, ya definitivo,

entrarán nuestras manos

crispadas para atrás.

jueves, 13 de noviembre de 2008

SALMO DESECHO DOCE CATORCE

Quien nunca navegó
no sabe
qué es la inconsistencia.
Ninguna cosa permanece,
ni se mantiene,
ni es corpórea
mientras se atraviesan
las aguas plúmbicas
y nocturnas
de la soledad mágica.
Pléyades de estúpidos estupefactos
enseñan desde sus púlpitos,
nacarados y astronáuticos,
el modelo trágico,
contradictorio,
del Anuncio que pocos escuchan.
No hacen mas que mentirse unos a otros,
hablan con labios engañosos.
Condenaron a muerte por la Vida
y después de siglos de acechanzas,
pidieron perdón.
Un minuto, diez o quince
son menos que un milenio o dos.
Todos están pervertidos
hacen cosas abominables
nadie practica el bien.

martes, 11 de noviembre de 2008

SALMO DESECHO ONCE

Cayó bajo el temblor
de su propia incongruencia.
Ay, Nueva
York!
Desiertos
impensados
manaron sus arenas movedizas
y la sangre, dulce y cálida,
se enturbió,
con el polvo de la bruma sacudida.
No hubo horror, si desconcierto,
como
Superman frente a la kryptonita
que Luisa
Lane puso en su sopa.
Las sirenas dejaron afónica
la voz de la urbe.
Y nadie fue y fueron todos.
Los pozos, las calles,
la carne macilenta
de los cadáveres empavesados
de hierros retorcidos y calientes.
Ay, Nueva
York!
Puta ecuestre,
amiga de lo ajeno.
Las miradas torpes en la sinuosa
huida
y la espera interminable
de las madres que necesitan a sus hijos
y claman a la nada desde la Bahía:
Cuando ceden los cimientos,
¿que puede hacer el justo?
si lo hay.

SALMO DESECHO CINCO

Desde el dolor-placer del parto
hasta el placer-dolor de crecer,
lloramos acompasadamente,
con la risa histérica
que provoca lo vivido.
Se oscurecen los glaciares inmensos
y se abren, fríos y azules,
por debajo de nuestro devenir.
Las porciones de vacío,
que fecundan los deseos,
astillan, implacables,
nuestros ramosos meandros.
Somos pedazos de fuego transmutado.
(Pienso y dejo correr el tiempo)
Acabo de guardar las fotos
ahumadas, verdes, grises
que memoran eso que ya no somos.
Lo que pasó, pasó.
El esfuerzo por volver
desde aquellas distancias
y el vértigo por lo futuro,
se mezclan, cándidos y puros
con la plegaria:
¡Escucha mis palabras,
atiende mis gemidos!

SALMO DESECHO CUATRO

Cuando se es cojo, ciego o tonto,
alto, bajo, gordo, flaco,
lindo, feo, negro, blanco,
rápido, lento,
aprobado, reprobado,
sensual, amorfo,
antipático, simpático,
se tienen las imperfecciones
según las retinas
de los ojos que nos juzgan.
Subiremos las laderas empinadas
por el frenético juego de la vida;
de la vida,
de la competencia
armada
para ganar la muerte,
ni la rosa ni el laurel, la Parca.
El dolor de ser o no ser,
desde Hamlet,
tiene las hachadas formas de las calaveras.
Nunca seremos todo lo que planeamos
y, cuando nos demos cuenta,
gritaremos:
¡Respóndeme cuando te invoco!

SALMO DESECHO DOS

Cuando caminan por los Paseos,
de la Infanta, de la Concha Espina
o de los Campos Elíseos,
no pueden mirar de frente
el resplandor enjuto, cadavérico,
de las bombas que florecen sobre las casas.
No estamos en el catorce, ni en el cuarenta,
no es Corea, no es
Vietnam,
ni el Golfo y ni es afuera.
Es esta pequeña calle,
este mínimo departamento,
en la ínfima sala de este único hábitat.
Es la explosiva consecuencia de lo que opino,
de lo que pienso,
de lo que digo,
de aquello que defiendo
y defenderé.
Cuando otros, como yo,
se encuentran/perdidos
en las azoteas de los hospitales
se arremangan los
coágulos de sangre
de sus vestidos y se preguntan:
¿Porqué se amotinan las naciones
y los pueblos hacen tantos proyectos?
Para qué seguir con las manos
repletas de trapos de colores
a los que llaman banderas.
Si pudiéramos,
si quisiéramos
enarbolarnos juntos,
cesarían las bombas.

SALMO DESECHO UNO

Semillas muertas,
brotes despojados,
flores sin
corola.
Ausencias, fríos, mármoles.
Silenciosos equilibrios,
miedo de caer.
Serafines sarracenos,
ángeles ciegos,
triadas celestes e impotentes.
Feliz el hombre
que no sigue
el consejo de los malvados.
Así brotará
y sus frutos
se volcarán a la vida,
a la sincrónica melodía
de las auroras:
yuxtapuestas lágrimas del Sol.

lunes, 10 de noviembre de 2008

SABIDURÍA

Antes de la venida
se ahogó en un vaso de agua.
Cayó entre las zarzas,
antes de la venida.
Lloró amargamente,
antes de la venida.
Surgió entre las olas,
antes de la venida.
Trepó
aquella montaña,
antes de la venida.
Se cansó mil veces,
antes de la venida.
El cabello cayó y las uñas se quebraron,
antes de la venida.
Cambió la cara por la máscara,
antes de la venida.
Maldijo miles de veces,
antes de la venida.
Murió sin saber,
antes de la venida,
quién se aproximaba.

EL ENCUENTRO

He salido en búsqueda de un canto
en espacios libres y clausuras nostálgicas;
entre multitudes de paz
y rebeldías vanas,
en claustros que alumbran mentes y corazones,
en abadías donde las plegarias
coronen almas
que velan
sonoridades celestes,
en poblaciones de lumbres inciertas,
en campos de espigas pródigas
con alas de fuego y de pájaros matutinos.

He salido en búsqueda de un canto
que
sobrevuele el tiempo transcurrido,
que brille en la noche de azabache,
volviendo a las tinieblas, pordioseras del día
entre el bello silencio del infinito silencio.

Soles y lunas se sucedieron
entre el
llanto y la risa.
El mar bañó mis ojos
con
centellas de ancestral memoria.
La Tierra anidó ausencias
y presencias
nutricias.
Las nubes retornaron de sus viajes
con la carga inmolada de la lluvia.
Los vientos ulularon, lobeznos ulularon.
Las manos suaves de la brisa
alisaron los
cabellos del aire
y las semillas, cautivas,
ardieron por ser flor y fruto.
Y yo
en el embrollado tumulto de mi mismo,
acumulé vértigos y abismos sinuosos,
intrigas de poder o no poder,
violencia, impiedad y usura.
Laberínticos procesos
que me engañaron y me perdieron.
Y sueños libertarios
de proezas que
concitan el asombro.
Tajos de luz que engarcen
perfiles de horizonte
para un Mundo indescriptible.

He salido en búsqueda del álgebra,
de la matemática del origen,
he ejercido el esgrima vital
con energía imantada de fulgores blancos.
He salido en búsqueda de un canto,
antípoda de melodías siniestras
y me
encontré contigo.

jueves, 6 de noviembre de 2008

TU PARTIDA

Si no pudiera verte mas
jugar a mi lado
dejando tu hueco de abandono
y el perfume de esencias
que inunda nuestra almohada,
porque has muerto.
Si el silencio del piano
en la sala invadida de penumbras
se hiciera uno
con el
opacado cajón de los recuerdos,
estantes de ternuras y memorias,
porque has muerto.
Si mis lágrimas de angustia por las noches,
se
estrellasen contra el piso
porque tus cabellos no las reciben,
porque tu boca no se las bebe,
porque has muerto.
Si en la calle que cobijó el idilio
no resonasen tus pasos apurados,
ni tu risa clara,
ni el roce de la tela de tu abrigo
contra tu cuerpo repujado en trigo,
porque has muerto.
Si en la casa de campo de Monte
el fuego se apagase temprano
pues no quiero echarle leños en la noche
para mi solo frío,
ni tirarme inerte en la alfombra,
porque has muerto.
Si persiste en mi la nueva costumbre
de andar por la casa mirando los muebles
tratando de hallar una sombra,
jugar a que esto no es cierto
porque estoy cansado,
porque has muerto...
Has muerto ayer, amor,
tan solo ayer,
entre mis brazos desnudos,
ante mis ojos,
por la tarde.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

HACIA EL LAGO

Aquella pequeña saliente
en la montaña tremenda y azulada.
Ese ruido de cascabeles acuáticos
que desandan
un camino que jamás conocieron.
Los golpes de las ramas al caer
como enormes brazos resignados.
El sigiloso escondite,
las madrigueras,
los nidos vitales y los que ya han muerto.
Los miles de esqueletos de seres negligentes
que descansan debajo de la hojarasca.
Los sagrados escarabajos dorados
arrastrando a las hermanas hojas.
Tanta vida y tanto desasosiego
me provocan ganas de estar
en aquella pequeña saliente,
mirando hacia el lago
que se muere delante de mis ojos.

ADVERBIALES

Ayer
se me fue el mar.
Ayer
te vi partir entre la gente.
Ayer
las palomas no comieron de mis manos.
Ayer tuve todo el día la camisa puesta, un cilicio.
Ayer
no leí el diario por la mañana.
Ayer
no tomé mi
Gancia de las tardes.
Ayer
se borró tu imagen de la pantalla.
Ayer
llovió todo el acompañándome.
Ayer
perdió sus flores la "azalea del Tigre".
Ayer
me pesaban las piernas al caminar.
Ayer
un bedel del espíritu de hizo gancho.
Ayer
se me fue el mar por los ojos
y aún hoy estoy
llorando.

Hoy
se cayó el
cairel de mi lámpara de colores.
Hoy
huyó una lágrima mía.
Hoy
se agrietó la pared detrás del cuadro.
Hoy
se filtró el agua en la biblioteca.
Hoy
están llorando los libros su incontinencia.
Hoy
me miré largo rato en el espejo del baño.
Hoy
descubrí la tierra debajo del
dressoir.
Hoy
se vio la mancha de mi traje.
Hoy
se me acabaron las ganas de esperar.
Hoy
me abandonó la fuerza del combate.
Hoy terminé de leer el mejor libro de mi vida.
Hoy
recibí la carta que esperé por meses.
Hoy
legó la visita inesperada.
Hoy
escuché el despertador seis menos cuarto.
Hoy
se me acabaron los ceniceros.
Hoy
recordé qué pronto que pasa el tiempo
y qué
difícil es atraparlo
y me sumí en un sueño
en el que todo se paraba de repente.
Hoy
enseñé, una vez mas, la verdad que considero.
Hoy
fue un día mas, un poco extraño.

Mañana
es un nombre que no conozco.
Mañana
es una palabra jodida de pronunciar.
Mañana
tiene una eñe antojadiza.
Mañana
seguiré circulando, por no avanzar.
Mañana
tendré el dolor de Ayer y Hoy.
Mañana
me armaré para salir y que no se note.
Mañana
me anotaré una aventura mas en las Memorias.
Mañana,
si mañana llega, saldré a campear la lluvia.
Mañana
seré mejor porque será otro día.
Mañana
habrá una nueva oportunidad.
Mañana
limpiaré la biblioteca.
Mañana
compraré hasta que la plata alcance.
Mañana será otro día
y tal vez, mañana, siga
llorando



martes, 4 de noviembre de 2008

PARA EMPEZAR

Grito por la victoria inacabada.
Sufro por la justicia oscura
y los ideales que se encajonan
como las fotos humedecidas.
¡Vivan las utopías!
Busco a tientas a los compañeros
que ayer me entusiasmaron,
señalo a los traidores que, sin dudarlo,
entregaron nuestros tesoros.
Quiero hacer del corazón
una repisa de estandartes.
Hay mucho sordo y
demasiado ciego
en esta historia.
La cobardía se
irguió,
valiente,
estúpida y los chacales,
sobre sus patas condecoradas,
engatusaron con alharacas.
Pueblo
pavito, pueblo, mi pueblo!
Con las banderas enemigas en las manos
portó los lemas del descrédito
y el jolgorio lo tuvo de puta.
Los beodos creyeron que eran mas
cuando veían reflejar sus esqueletos
en los espejos de las licoreras.
Cuento los muertos de todas partes,
degradados por la misma fauna
y cuento los cuencos vacíos
de tantos cráneos amarillentos.
¡Que bacanal!
Que carnaval de caníbales funestos!
Me imagino los gritos desgarrados
que se amontonan en los rincones,
sumo las lágrimas suspendidas,
transformadas en
albúferas malolientes
y el sollozo, insoportable,
nocturno
que preñó de perlas
las telarañas de las mazmorras.
Creo escuchar los pasos
(gigantes golpes),
con la hiel en el palo
enarbolada.
Huí
como huimos tantos.
Mis ojos no son capaces,
mis oídos se quiebran y se desarman,
mi boca, tonta mueca,
chabacana y sorprendida,
mi pecho: como una tumba de desasosiego.
Y mis palabras, estas palabras,
insuficientes, insatisfechas,
inacabadas.
¡Que se callen las campanas y los himnos!
Que se cierren y se apaguen
las luces de la fiesta urbana.
Ha partido para siempre mi futuro
y tu futuro y el tuyo y el del otro.
La esperanza, la única, la virgen
es que los niños salgan a la calle.