Quien nunca navegó
no sabe
qué es la inconsistencia.
Ninguna cosa permanece,
ni se mantiene,
ni es corpórea
mientras se atraviesan
las aguas plúmbicas
y nocturnas
de la soledad mágica.
Pléyades de estúpidos estupefactos
enseñan desde sus púlpitos,
nacarados y astronáuticos,
el modelo trágico,
contradictorio,
del Anuncio que pocos escuchan.
No hacen mas que mentirse unos a otros,
hablan con labios engañosos.
Condenaron a muerte por la Vida
y después de siglos de acechanzas,
pidieron perdón.
Un minuto, diez o quince
son menos que un milenio o dos.
Todos están pervertidos
hacen cosas abominables
nadie practica el bien.
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