miércoles, 5 de noviembre de 2008

HACIA EL LAGO

Aquella pequeña saliente
en la montaña tremenda y azulada.
Ese ruido de cascabeles acuáticos
que desandan
un camino que jamás conocieron.
Los golpes de las ramas al caer
como enormes brazos resignados.
El sigiloso escondite,
las madrigueras,
los nidos vitales y los que ya han muerto.
Los miles de esqueletos de seres negligentes
que descansan debajo de la hojarasca.
Los sagrados escarabajos dorados
arrastrando a las hermanas hojas.
Tanta vida y tanto desasosiego
me provocan ganas de estar
en aquella pequeña saliente,
mirando hacia el lago
que se muere delante de mis ojos.

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