En cada brisa fresca y en el agua
se me hace pronto todo el tiempo
y las horas caen en cataratas blanquecinas
hasta el valle que cruza el negro río que las lleva,
como se ha llevado tantas cosas
hasta el lugar “dedondenuncavuelven”.
“Dedondenuncavuelven”
como los minutos de silencio total,
las caricias pagadas,
las peleas que no sirven,
las oraciones sin amor,
los ópalos de tus ojos tristes,
el amor que se ha roto,
el hijo no tenido,
los seres que hemos amado
y ya no están.
“Dedondenuncavuelven”,
porque esperan nuestra llegada despaciosa.
Ingresamos en él a cada rato
y un día, ya definitivo,
entrarán nuestras manos
crispadas para atrás.
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