lunes, 17 de noviembre de 2008

DE DONDE NUNCA VUELVEN

En cada brisa fresca y en el agua

se me hace pronto todo el tiempo

y las horas caen en cataratas blanquecinas

hasta el valle que cruza el negro río que las lleva,

como se ha llevado tantas cosas

hasta el lugar “dedondenuncavuelven”.

“Dedondenuncavuelven”

como los minutos de silencio total,

las caricias pagadas,

las peleas que no sirven,

las oraciones sin amor,

los ópalos de tus ojos tristes,

el amor que se ha roto,

el hijo no tenido,

los seres que hemos amado

y ya no están.

“Dedondenuncavuelven”,

porque esperan nuestra llegada despaciosa.

Ingresamos en él a cada rato

y un día, ya definitivo,

entrarán nuestras manos

crispadas para atrás.

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