El porvenir estará lleno
de puertas arrancadas
y de ventanas rotas,
de las que cuelguen
las alas desmanteladas
de las ilusiones y de las creencias
de los mas pobres.
Los ignotos actores
de la cifrada comedia cotidiana.
Aquellos que todo lo sueñan
y a los que siempre despiertan;
Aquellos que exigen
al ritmo de su miseria
y son abandonados,
con las manos vacías,
hasta que hagan falta nuevamente,
al retórico y empecinado
capricho palaciego.
Cuando pierden poco
lo pierden todo.
Son la vergüenza oculta.
En este mundo financiero,
mentiroso y descarado,
el poderoso ayuda al poderoso
y el pobre paga,
con el rostro acostumbrado,
como siempre pagó,
las pérdidas de los que siempre ganan.
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