jueves, 4 de diciembre de 2008

1969 - LOS LÍMITES

Mis costas no son los bordes del mar,

ni del río, ni del lago,

son el ribete social imprescindible

para poder existir en esta farsa.

Hay que defender la soberanía de las costas

porque perderla,

es decir lo profundo

de ti, de mi y nuestro mundo

y duele.

Por fin,

que las costas son inexpugnables

y la vida misma hay que darles

porque de otra forma

se la llevan sin permiso

hasta el fondo oscuro del océano

y, entonces luego, éstos se desbordan.

Que vivan los mares!

Que mueran las costas!

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