lunes, 22 de diciembre de 2008

ACERTIJO METAFÍSICO

Mi nombre no tiene consistencia.

Podría ser mar o cielo,

fuego o paz,

luz o cieno;

podría ser hombre

o esconderse en un alfabeto imaginario,

indescifrable y cauteloso,

misterio de los misterios,

desierto de los desiertos.

Mi nombre es un accidente.

Podría tocar el cielo con los dedos

o andar

las simas más audaces,

ser luz boreal, oscuridad longeva.

no importa la conjunción de las palabras

sino que nadie puede nombrarme

porque existo en un infinito

al que sólo pueden llegar

los elegidos y los encontrados.

Soy abismo y superficie,

pez y caña,

junco y ave,

música y silencio,

calor y escarcha,

alegría y angustia,

edén e infierno.

Y soy,

fundamentalmente,

un largo historial de penas, risas,

triunfos y fracasos,

aciertos y yerros,

amores conquistados,

amores pagados,

debilidades y traiciones.

Soy un sencillo teorema.

Sólo hace falta quién me descifre.

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