martes, 16 de diciembre de 2008

LAS PIEDRAS DE MIGUEL

El mármol tiene vetas

que se abren y se cierran,

como un vientre inmenso,

deglutiéndose las formas,

encerrándolas por siglos,

para que sean liberadas

por los escultores

a golpes de cinceles y martillos.

La muerte sorprendió a Miguel

a punto de despertar a sus “dormidos”.

Es muy posible que en cada montaña,

en cada piedra

que yace, virgen, de nuestras manos,

se escondan los miles de seres

que esperan ser liberados

de su agónica cárcel.

Si las rocas se abriesen

veríamos el Nuevo Mundo,

hoy oculto,

con excepción del Bosque Encantado,

y las mil peripecias de los ojos

en el intrincado horizonte

de los Andes.

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