1.
Ayer vi un pez nadando encerrado
y no sos pez.
Anoche vi un pájaro cantando solitario
y no sos ave.
Hoy vi un brote de fresno italiano,
lleno de vida
en el monte,
en lo mas alto,
esbelto en lo grandioso de si mismo,
y te vi.
2.
Cadenas largas, candados negros,
encerraron mis abrazos y mis besos.
Puñales cortos, hojas de acero,
calaron hondo todo mi cuerpo.
Hasta hubo soles que se encendieron
y se apagaron dejando huecos.
Hay un fuego que nace
rojo
y que se vuelca por mis laderas
y mis destierros;
quemó cadenas, abrió candados,
fundió puñales, macizo acero.
Un fuego que lleva un nombre.
3.
Escribirte es nunca describirte
porque las letras no alcanzan
para dibujar tu imagen
en papeles que gastará el Tiempo.
Por eso elijo,
entre mis pocas posibilidades,
alcanzarte entre las hojas
pedazos desgranados de mi alma.
Alma: esa rara sensación de ser eternos.
Con ella quisiera buscarte
y encontrarte.
Porque no encontrarte
es parecido a morir.
4.
Si Dios se apresurase a estar aquí
Tal vez pudiera ver lo que sucede
Y comprender que ni su propio Ser
Previó el error de hacernos libres.
5.
Sólo los que estamos solos
sabemos de soledades.
Los demás experimentan
la extrañeza de no tener compañía
6.
Fui a las cosas
porque perdí a las personas.
Y así, entretenido,
me perdí a mi mismo.
7.
Un recuerdo,
memoria del pasado.
Un sentimiento,
sensaciones queridas.
Un abrirse de ventanas,
viento.
El golpe del agua en la fuente.
Un pájaro modelando el nido.
Los colores de las mariposas nocturnas.
Un puente sobre un río en la montaña.
Un sol perdiendo rojo por el cielo.
Una luna de abril, europea.
Una canción
que separa
el ojo de la lágrima.
Eterna lista de imágenes
que vuelven desde el fondo del abismo
a encender mis ojos casi ciegos.
8.
Estoy, sin quererlo, haciendo un balance
de grandes y pocas
acciones pasadas,
pacatas pretensiones
de líneas futuras.
Estoy balanceando mi vida
y no hallo la cifra final.
9.
¡Qué vacío estoy, hoy!
¡Qué vacío estuve, ayer!
¡Qué vacío es el vacío
proyectado en el Tiempo!
10.
Le quise dar todo
Y le negué una parte
Y lo perdí todo.
¡Qué estúpida avaricia!
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